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Amnistía Internacional Burgos

Cumplimos nuestro décimo aniversario

Cumplimos nuestro décimo aniversario Han pasado ya diez años desde que unas pocas personas, con grandes dosis de ilusión pero muy pocos medios,nos empeñamos en echar a andar el grupo de Burgos de Amnistía Internacional. Desde entonces, hemos dedicado nuestros esfuerzos a difundir el mensaje de esta organización y a movilizar a los burgaleses en la defensa de los derechos humanos. Hemos realizado trabajos muy diversos, participando en campañas contra la pena de muerte, por la abolición de la tortura, por los derechos de los refugiados o contra el descontrol en el tráfico de armas, entre otras. Hemos recogido miles de firmas para apoyar a esos presos olvidados cuyo único delito es el de opinar de forma distinta o pertenecer a una minoría étnica o religiosa. Hemos levantado nuestra voz contra la brutalidad de castigos tales como la lapidación o las amputaciones. Hemos enviado cartas de protesta por violaciones de derechos humanos a todos los rincones del mundo, al margen del cual fuese la ideología de los gobiernos afectados.

Hemos conseguido, no sin esfuerzo, un local para desarrollar nuestras actividades y nos hemos tenido que poner al día con las nuevas tecnologías para que nuestros mensajes lleguen más rápido y a más gente. Hemos difundido los derechos humanos a través del cine y el teatro, y hemos estado a disposición de todos los medios de comunicación y de quien ha querido contactar con nosotros.

Nos han visitado personas extraordinarias de las que hemos aprendido lecciones impagables, como las abuelas argentinas que siguen reclamando a sus desaparecidos -con vida se los llevaron y con vida los queremos-, o los defensores colombianos de los derechos humanos que arriesgan sus vidas a diario en defensa de los más débiles.

Hemos ido a explicar el trabajo de Amnistía Internacional a los colegios y a la universidad, siendo conscientes de que la educación es la fuerza que puede cambiar el mundo e intentado transmitir el mensaje de que los derechos humanos a todos nos incumben y son demasiado importantes para dejarlos sólo en manos de los gobiernos.

Han pasado diez años y a la hora de hacer balance nos sentimos orgullosos por el trabajo realizado, -trabajo siempre voluntario-. Podemos afirmar que ha sido apasionante, ha merecido la pena y sigue mereciendo la pena. Un trabajo en el que el grupo de Burgos es sólo un eslabón más en el esfuerzo colectivo por conseguir un mundo en el que todos los seres humanos disfruten de unos derechos que nadie puede arrebatarles y que son el mínimo común denominador de la dignidad humana.

Hoy, en el mundo soplan vientos de guerra, y la fuerza parece imponerse como solución a los conflictos. Hoy, las palabras diálogo, solidaridad, justicia, igualdad , libertad... apenas ocupan lugar, o en todo caso ocupan un lugar muy secundario en las agendas de los grandes dignatarios. A su vez, grupos armados muy diversos no dudan en sembrar el terror y cometer los crímenes más abyectos contra la población. En este contexto tan poco favorable hay recordar que como dice la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos, la paz y la libertad en el mundo no serán posibles mientras no se garanticen a todos los seres humanos derechos tan importantes como el derecho a la vida, a no ser torturado, a no sufrir discriminación por sus ideas o creencias y a tener un trabajo, un salario, una vivienda y una atención sanitaria acordes con su dignidad como persona, entre otros.

Sabemos que los aniversarios son un buen momento para hacerse oír y por eso hemos pedido colaboración a este nutrido grupo de artistas burgaleses. Artistas que nos han prestado su ayuda desinteresada, una ayuda que nos permitirá hacer llegar nuestro mensaje a más burgaleses y recaudar fondos para seguir haciendo nuestro trabajo. Gracias a todos.

Somos conscientes de que todavía queda mucho trabajo por hacer y de que necesitamos el apoyo de los burgaleses para contribuir a crear un mundo más justo. Un mundo en el que no haya niños soldado obligados a matar y a morir por oscuros intereses económicos. Un mundo en el que ser mujer no suponga una grave discriminación desde el mismo momento de nacer. Un mundo en fin, en el que, al margen de cual sea el lugar de nacimiento, todos los seres humanos tengan asegurada una vida digna.

Queremos involucraros a todos e ilusionaros a todos en nuestro trabajo. Un trabajo, el de Amnistía Internacional, que se basa en la suma de esfuerzos anónimos. Sin la colaboración desinteresada de muchas personas individuales, nuestra organización no podría existir.
La presión de la opinión pública ha demostrado ser eficaz en innumerables ocasiones. Lo que más nos gustaría es que pronto la presión de la opinión pública ayude a Amnistía Internacional a lograr su objetivo final: el cierre de la organización. Que llegue un día en el que nuestra organización ya no sea necesaria. Sólo entonces, cuando la Declaración Universal de Derechos Humanos sea una realidad para los pueblos del mundo, sólo entonces consideraremos acabada nuestra labor.

Grupo de Burgos de Amnistía Internacional.

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